domingo, 5 de septiembre de 2010

¿Qué es esa "cosa rara" llamada Ciencia?



Los cinco Sabios del Reino de…, de vuelta de una larga estancia en la República de…, se estaban quietos y temerosos ante su soberana la Reina: estaban informando a la Reina acerca de la Cosa Rara que existe en aquella república.
- "Dinos, o sabio Prótos, ¿qué aspecto tiene la Cosa Rara?, preguntó la Reina al sabio más anciano.
- "La Cosa Rara a la que llaman Ciencia, o Majestad, puede registrar y comprimir todos los hechos. En realidad, la Ciencia es un enorme Registro." Así habló Prótos.
- "¡Que le corten la cabeza!, gritó la Reina roja de ira. "¿Cómo podemos creer que la Cosa Rara es una máquina sin pensamiento, cuando hasta Nos. tenemos ideas?" Tras de lo cual se dirigió a Deúteros, el más viejo de los sabios que quedaban.  
- "Dinos, o sabio Deúteros, ¿qué aspecto tiene la Cosa Rara?"
- "La Cosa Rara, Majestad, no es un registrador pasivo, sino un atareado molino de información: absorbe toneladas de datos en bruto y los elabora y presenta en orden. Mi decisión es que la Ciencia es un enorme Calculador." Así habló Deúteros.
- "¡Qué le corten la cabeza!", gritó la Reina verde de ira. "Cómo podemos creer que la Cosa Rara es un autómata si hasta Nos tenemos caprichos y flaquezas?" Tras de lo cual se dirigió a Trístos, el de la media edad.  
- "Dinos, o sabio Trístos, ¿qué aspecto tiene la Cosa Rara?"
- "No hay tal Cosa Rara, Majestad. La ciencia es un Juego esotérico. Los que lo juegan establecen sus reglas, y las cambian de vez en cuando de modo misterioso. Nadie sabe a qué juegan ni con qué fin. Admitamos, pues, que la Ciencia, como el lenguaje, es un Juego." Así habló Trístos.
- "Qué le corten la cabeza!, gritó la Reina amarilla de ira. "Cómo podemos creer que la Cosa Rara no se toma las cosas en serio, cuando hasta Nos somos capaces de hacerlo?"
Tras de lo cual se dirigió a Tétartos, sabio maduro.
- "La Cosa Rara, oh Majestad, es un hombre que medita y ayuda. Tiene visiones,intenta probar que son erradas y no se enorgullece cuando no lo consigue. Yo creo que la Ciencia -y reto a todos a que me refuten- es un Visionario Flagelante." Así habló Tétartos.
- "¡Qué le corten la cabeza!", gritó la Reina roja de ira. "Este informe es más sutil que los otros, pero ¿cómo podemos creer que la Cosa Rara no se preocupa de justificación ni gratificación cuando hasta Nos podemos hacerlo?".
Tras de lo cual se dirigió a Pentós, el joven sabio.
Pero Pentós, temiendo por su vida, había huido ya. Huyó sin parar durante días y noches, hasta que cruzó la frontera del Reino de…


Nota: Los cuatro sabios del Reino de… siguen vivos. Protos y Deúteros sobrevivieron, porque el verdugo no encontró en ellos cabeza que cortar. Tritos, porque tras la ejecución consiguió que le creciera un nuevo cráneo por convención. Tétaros, porque se inventó un cerebro nuevo le refutaron el que tenía.”

(M. Bunge, La investigación científica, Barcelona, Ariel, 1985, pp. 13-14) 


¿Qué es la ciencia?
Esta pregunta ilustrada desde el cuento de Mario Bunge (conocido especialista argentino de la Filosofía de la Ciencia), nos adentra en el problema de orientar una respuesta acerca de qué es esta disciplina, llamada  Ciencia, comprendiendo desde su quehacer el enfrentar diversas concepciones.
El relato nos invita a responder algunas interrogantes, tales como:
¿Cuáles son las concepciones que representan los cuatro primeros sabios?
¿Son aceptables, al menos en alguna medida, o bien las enviaríamos al verdugo?
El texto da a entender que el joven Pentós poseía también su propia respuesta, pero prefirió huir. Imaginemos entonces, que Pentós se queda y, que da su respuesta. De hecho, Pentós, somos cada uno de nosotros. 
Si tuvieras que ensayar una respuesta a la incógnita, sabiendo que nadie – a estas alturas- te cortará la cabeza. ¿Qué dirías?

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